Abel, Ángel Fraternal, legándote su bondad y su buen hacer para que no se te haga cuesta arriba cuidar de los demás. Los enfermos, los asilados y los que sufren encierro están en tu camino, y tú debes atenderlos como si fueran rus hermanos.
Su consejo:
No esperes recompensa alguna, ni siquiera agradecimiento, porque sólo estás cumpliendo con tu deber.
Su consejo:
No esperes recompensa alguna, ni siquiera agradecimiento, porque sólo estás cumpliendo con tu deber.
(Del Libro Tu Ángel del Día - por Jessica Tate)
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